El circuito eléctrico como metáfora de la mercancía

Pienso que el ejemplo de un circuito eléctrico puede servir como metáfora para explicar el concepto marxista de mercancía y valor.
Hay corrientes liberales que niegan la objetividad del valor y afirman que el valor es subjetivo, es en última instancia el consumidor el que determina el valor de las mercancía cuando decide comprarla.
El marxismo por el contrario afirma que el valor es el tiempo de trabajo socialmente necesario para la producción de una mercancía, el valor por tanto se crea en la fase productiva, no en el mercado, aunque sea en el mercado donde se manifiesta. Y es en este punto donde creo que resulta útil introducir el ejemplo del circuito eléctrico: al igual que la energía eléctrica el valor se produce en el generador (la fábrica), después esa mercancía sale al mercado donde el consumidor (interruptor) decide comprarla o no comprarla, si no la compra el valor potencial que contiene esa mercancía por el hecho de llevar incorporada cierta cantidad de trabajo no se hace efectivo, no se manifiesta (la bombilla no se enciende), si por el contrario el consumidor decide comprarla el valor se hace efectivo (el interruptor es accionado, el circuito se cierra dejando circular la corriente y la bombilla se enciende).
Queda claro que no es quien acciona el interruptor el que crea la energía eléctrica, simplemente permite que la energía eléctrica circule y se manifieste en forma de luz. Del mismo modo no es el consumidor el que da valor a las mercancías, simplemente es quien permite que el valor se manifieste y se haga efectivo.
Uno de los obstáculos para entender este tipo de cuestiones proviene del hecho de no saber pensar dialécticamente, estamos acostumbrados a considerar que una mercancía es una cosa, un cuerpo físico, pero la mercancía es más una relación y un proceso que una cosa. Cosas han existido siempre, y productos del trabajo humano también desde que el ser humano empezó a usar sus manos para transformar las cosas y a utilizar cosas que había transformado para hacer otras cosas, como cortar la carne con el filo de una piedra que había tallado o machacar frutos o semillas con un mortero rudimentario.
Pero la mercancía tal como la conocemos hoy en día no surge hasta que el ser humano empieza a intercambiar los productos de su trabajo de forma generalizada, no de forma casual y esporádica como se hacía al principio, lo cual conduce a la creación del dinero.