Diferencia entre "valor de cambio" y "valor" (a secas)

La diferencia entre «valor de uso» y «valor de cambio» la tienen bastante clara en general los marxistas. 
Lo que no suelen tener tan clara algunos "marxistas", por lo que he podido constatar, es la diferencia entre «valor de cambio» y «valor» a secas. Esta distinción suele ser subestimada y obviada por irrelevante y se utiliza indistintamente la expresión «valor de cambio» o «valor» como si fuesen sinónimas.
Sin embargo para entender bien el primer capítulo de El Capital (cuya comprensión a su vez es indispensable para entender adecuadamente El Capital en su conjunto) es necesario comprender bien esto, y nos lo dice el propio Marx en varios fragmentos que reproduzco a continuación:

«Una mercancía individual, por ejemplo un quarter de trigo, se intercambia por otros artículos en las proporciones más diversas. No obstante su valor de cambio se mantiene inalterado, ya sea que se exprese en x betún, y seda, z oro, etc. Debe, por tanto, poseer un contenido diferenciable de estos diversos modos de expresión.

Tomemos otras dos mercancías, por ejemplo el trigo y el hierro. Sea cual fuere su relación de cambio, ésta se podrá representar siempre por una ecuación en la que determinada cantidad de trigo se equipara a una cantidad cualquiera de hierro, por ejemplo: 1 quarter de trigo = a quintales de hierro. ¿Qué denota esta ecuación? Que existe algo común, de la misma magnitud, en dos cosas distintas, tanto en 1 quarter de trigo como en a quintales de hierro. Ambas, por consiguiente, son iguales a una tercera, que en sí y para sí no es ni la una ni la otra. Cada una de ellas, pues, en tanto es valor de cambio, tiene que ser reducible a esa tercera.»

Ese «contenido diferenciable» del «valor de cambio» a que se refiere Marx aquí es el «valor»

Ese «algo común» a que se refiere un poco más abajo en el mismo fragmento es también el «valor».

Un poco más adelante Marx nos recuerda:


«El desenvolvimiento de la investigación volverá a conducirnos al valor de cambio como modo de expresión o forma de manifestación necesaria del valor, al que por de pronto, sin embargo, se ha de considerar independientemente de esa forma.»


En este fragmento que acabamos de leer queda bastante claro que Marx  consideraba importante hacer esta distinción para poder entender bien su exposición. Y los próximos fragmentos nos dan la clave de por qué lo consideraba tan importante:


«Para averiguar de qué manera la expresión simple del valor de una mercancía se encierra en la relación de valor entre dos mercancías, es necesario, en un principio, considerar esa relación con total prescindencia de su aspecto cuantitativo. Por regla general se procede precisamente a la inversa, viéndose en la relación de valor tan sólo la proporción en que se equiparan determinadas cantidades de dos clases distintas de mercancías. Se pasa por alto, de esta suerte, que las magnitudes de cosas diferentes no llegan a ser comparables cuantitativamente sino después de su reducción a la misma unidad. Sólo en cuanto expresiones de la misma unidad son magnitudes de la misma denominación, y por tanto conmensurables.»


Es decir: para que yo pueda compararme con un armario tengo que reducirme primero a algo que el armario y yo tengamos en común, por ejemplo la longitud o el peso.

Con las mercancías pasa lo mismo, para que puedan ser comparadas cuantitativamente y para poder establecer una relación de intercambio, un «valor de cambio», primero debemos reducirla a la misma unidad de «valor».

«Ya sea que 20 varas de lienzo = 1 chaqueta, ó = 20 ó = x chaquetas, es decir, ya sea que una cantidad determinada de lienzo valga muchas o pocas chaquetas, en todas esas proporciones siempre está implícito que el lienzo y las chaquetas, en cuanto magnitudes de valor son expresiones de la misma unidad, cosas de igual naturaleza. Lienzo = chaqueta es el fundamento de la ecuación.»


Y en esta última cita queda definitivamente clara la distinción entre el «valor» de una mercancía y su forma de manifestación como «valor de cambio»:


«El valor de la mercancía A se expresa cualitativamente en que la mercancía B es directamente intercambiable por la mercancía A. Cuantitativamente, se expresa en el hecho de que una determinada cantidad de la mercancía B es intercambiable por la cantidad dada de la mercancía A. En otras palabras: el valor de una mercancía se expresa de manera autónoma mediante su presentación como "valor de cambio". Si bien al comienzo de este capítulo dijimos, recurriendo a la terminología en boga, que la mercancía es valor de uso y valor de cambio, esto, hablando con precisión, era falso. La mercancía es valor de uso u objeto para el uso y "valor". Se presenta como ese ente dual que es cuando su valor posee una forma de manifestación propia --la del valor de cambio--, distinta de su forma natural, pero considerada aisladamente nunca posee aquella forma: únicamente lo hace en la relación de valor o de intercambio con una segunda mercancía de diferente clase. Si se tiene esto en cuenta, ese modo de expresión no hace daño y sirve para abreviar.»



¿Qué es una mercancía? (II)

Hace tiempo escribí un texto titulado ¿Que es una mercancía? que fue sometida a crítica por
Señor Rana ( @RanaBolchevique ), las objeciones que me hizo se pueden resumir en una sola, pues las demás creo que se derivan o pueden deducirse de esta:

1- No incluí entre las condiciones de la mercancía la «reproductividad».

Por consiguiente he decidido escribir este complemento para tratar de aclarar este punto.
Vamos allá:

Sabemos que el valor de una mercancía está determinado por el tiempo de trabajo empleado en su producción, ahora bien, ese tiempo de trabajo es tiempo de trabajo socialmente necesario ¿que significa esto? Que no es el tiempo de trabajo que se ha empleado en la producción de un producto concreto cualquiera lo que determina su magnitud de valor, sino el tiempo de trabajo que por termino medio se necesita para fabricar ese producto, es decir, el tiempo de trabajo necesario para producir uno igual, o dicho de otro modo: para re-producirlo (de ahí lo de la reproductividad).
Pongamos un ejemplo: 
Imaginemos que el tiempo de trabajo socialmente necesario para la producción de un artículo es de 3 horas, por lo tanto su valor estará determinado por esas 3 horas. Entonces un fabricante implanta una innovación tecnológica en su empresa mediante la cual consigue reducir el tiempo de producción a solo 1 hora, eso le proporciona una ventaja competitiva, pues el tiempo de trabajo socialmente necesario con carácter general sigue siendo de 3 horas y por lo tanto serán esas tres horas las que sigan determinando el valor de ese producto por mucho que él emplée ahora en su empresa solo una hora.
Ahora imaginemos el caso contrario: esa innovación tecnológica se va extendiendo poco a poco y cada vez más empresas la van implantando en sus procesos de producción con lo cual el tiempo socialmente necesario con carácter general se acaba reduciendo a 1 hora, pero no todas las empresas se pueden permitir el cambio con lo cual si antes la excepción era la empresa que solo tardaba 1 hora y la regla general eran 3 horas, ahora la excepción es la empresa que no ha innovado y sigue fabricando a la manera tradicional, pero como ahora el valor esta determinado por una hora de trabajo el productor que siga empleando 3 tendrá una desventaja con respecto a sus competidores porque él emplea ahora más tiempo del socialmente necesario para la producción de ese artículo.
Cuándo se ha comprendido que es el trabajo abstracto, el socialmente necesario, el que determina el valor, y no el trabajo concreto, resulta tan obvia la cuestión de la reproductividad que es fácil que uno cometa el error de no incluirla dando por supuesto que el lector sabe de que trabajo estamos hablando, Señor rana parece saberlo, pero seguramente no muchos de nuestros lectores por lo tanto yo debería haber dejado este punto más claro. 
Otra cuestión derivada del tema de la reproductividad es la definición general de la mercancía, según señor rana una mercancía que no sea reproducible no es mercancía (él le llama pseudomercancía) No estoy de acuerdo: ya había intercambio de productos y por tanto existían mercancías antes de que existiera una sociedad mercantil generalizada y por consiguiente antes de que el trabajo socialmente necesario pudiera determinar el valor de nada. El valor y la mercancía van evolucionando históricamente a la par de modo dialéctico, igual que el huevo y la gallina, por consiguiente dilemas clásicos como ¿que fue antes el huevo o la gallina? dejan de ser irresolubles cuando se analizan de modo dialéctico, la respuesta sería : pues ni el huevo ni la gallina porque ambos van evolucionando a lo largo del tiempo con lo que si fuesemos retrocediendo nos encontraríamos en un momento con algo que no era exactamente una gallina que salió de algo que no era exactamente un huevo o viceversa. Y si retrocedieramos unos cuantos millones de años más ni siquiera seriamos capaces ya de reconocer cual es el huevo y cual la gallina, pues ambos se habrían convertido en algo totalmente diferente.
Con la mercancía ocurre algo parecido, va evolucioonando a lo largo del tiempo desde la forma simple hasta la forma dinero y el valor con ella.