Sobre las causas de los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o exparejas

Como por Twitter es difícil sintetizarlo todo en pocos tuits he decidido contestarte por aquí Basi @wasipz .
Mi opinión es que muchos hombres no hemos sabido adaptarnos a los grandes y rápidos cambios sociales de las últimas décadas, la mayoría fuimos educados en familias tradicionales con unos valores y unos roles bien marcados, donde el hombre trabajaba fuera de casa y la mujer se ocupaba de la casa y de los niños, y la mujer si trabajaba lo hacía como una forma de complementar el salario del marido y contribuir al sostenimiento familiar. Mi madre, por ejemplo, nunca puso ningún empeño en enseñarme a cocinar ni a coser un dobladillo (lo cual me habría sido muy útil en mi vida de soltero) porque esas eran cosas de chicas, y se supone que yo, como varón, estaba destinado a echarme novia y casarme, y ya se encargaría mi mujer de esas cosas.
En cierto modo me siento estafado, me educaron para vivir en un mundo que ya no existe, que se desmorona ante mis ojos, los valores que me transmitieron, todo lo que me enseñaron mis padres, o lo que aprendí en las pelis de la tele (el galán que agarraba a la chica de repente y la besaba a la fuerza mientras ella trataba de resistirse y acababa rendida y conquistada) que era bueno ahora resulta que es malo, es machista.
Las chicas que vestían de forma muy provocativa o salían con muchos chicos eran unas frescas (por no decir otra palabra más contundente) hoy nos dicen que pueden vestir como quieran y hacer lo que quieran y el machista eres tu si lo criticas.
En definitiva, a muchos hombres nos cuesta aceptar que una mujer pueda rechazarnos, que no quiera tener ninguna relación con nosotros, o que decida tenerla y luego más adelante decida cortar en un determinado momento, nos cuesta aceptar su libertad, no acabamos de aceptar plenamente la igualdad, seguimos creyendo que tenemos algún derecho sobre ellas. Por eso algunos hombres frustrados en situaciones de conflicto, sometidos a mucha presión o al efecto de los celos acaban estallando y reaccionan agresivamente llegando en algunos casos a golpear y matar a la mujer, no hay que olvidar tampoco que la propia biología y las hormonas masculinas predisponen más a los hombres a una respuesta violenta, las mujeres tienen otras formas más sutiles de hacer daño.
Por lo demás estoy de acuerdo contigo en algunas cosas como la presunción de inocencia y la igualdad de las leyes entre hombres y mujeres, creo, por lo que acabo de decir, que es un problema cultural y de educación, que hay que ir trabajándolo desde niños, en la escuela y en las familias.

3 comentarios:

  1. Comparto, y me parece muy oportuno el apunte, de que muchos hombres fuimos educados para un mundo que no existe, pero Yo no considero acertado establecer una relación causa/efecto entre esa educación anticuada, incluso machista, con la violencia de género. La inmensa mayoría de hombres educados en esas circunstancias jamás pondrían una mano encima a una mujer. Reducir un problema tan complejo a una causa tan simple hace, sin ninguna duda, errar el tiro. En la violencia concurren multitud de factores y de desencadenantes, y en la violencia de género concurren muchas circunstancias particulares que atañen a dos personas. Por otra parte la violencia no es unidireccional, del hombre hacia la mujer, es de ida y vuelta, e incluye también a los hijos. El hombre es más violento por propia naturaleza pero la inmensa mayoría de los hombres jamás la desempeñan hacia sus parejas. Es este un asunto grave, pero sobredimensionado por interés económico y electoral. En mi opinión.

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    1. Estoy de acuerdo en que la inmensa mayoría de hombres no pondrían la mano encima a una mujer, pero ese sustrato de frustración masculina y falta de adaptación a los cambios existe, y algunos somos capaces de canalizar esa frustración y esa violencia y otros no. Pero cuanto más se reduzca el uno más se reducirá el otro.

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  2. Por otra parte el asunto de la educación machista más que poner luz en las cosas no hace otra cosa que complicarlas. En las sociedades "modélicas" nórdicas, con modelos educativos envidiados por todo el mundo, donde se educa en la igualdad, las tasas de violencia de género son mucho mayores que las que se dan en España, país que muchos consideran machista ¿Cómo es posible que precisamente en las sociedades igualitarias el fenómeno de la violencia de género sea donde más impacto tiene? Es curioso, pero precisamente la educación machista, aunque subordine la mujer al hombre, establece un modo de código ético bajo el cual el hombre no debe pegar a una mujer bajo ninguna circunstancia, en realidad aquel hombre que golpea a su mujer queda fuera de ese código no escrito. Puede que en una sociedad radicalmente igualitaria ese código no tenga razón de ser, si somos iguales la violencia puede aplicarse del mismo modo a una mujer o a un hombre. En cualquier caso el machismo no explica esa violencia, una violencia que como cualquier otro delito que se considere jamás bajará a cero, siempre habrá un momento, unas circunstancias y unos hombres que recurrirán a ella por propia naturaleza, por ofuscación momentanea o por desesperación, de hecho algunos hombres después de asesinar a sus mujeres luego se suicidan o lo intentan. Detrás de esa alarma que permanentemente se dispara sobre estas muertes hay intereses económicos, por ello se intentan ocultar de la vista pública los asesinatos de hombres a manos de sus mujeres y los de niños por sus madres, mucho más numerosos que a manos de sus padres. Hay un problema, pero se sobredimensiona para general alarma social, asentimiento ciego y desenbolso económico. La mayoría de la gente que conozco no conocen de primera mano ni un sólo caso de maltrato o violencia de género, hablan de oidas, especialmente lo que escuchan en los medios. No deja de ser curioso que si es un problema tan extendido casi nadie lo conozca de primera mano. No obstante evidentemente hay que ayudar a las mujeres que lo sufren, buscar medidas eficaces que minimicen el problema y catigar con rigor a los culpables. Un saludo.

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